Durante los campamentos de verano los campers disfrutan de veladas organizadas por los monitores. Aunque podríamos pensar que a esas horas más de uno está con ganas de irse a dormir, nada más lejos de la realidad. Para muchos de ellos la noche les inspira intriga, acción… y están deseosos de descubrir la dinámica que hay preparada.

Después de cenar, dejamos siempre un tiempo para que los críos vayan a asearse, tiempo que aprovechamos para tenerlo todo dispuesto.

Una vez comenzada, si hay campers pequeños que desean irse a la cama, les acompañamos pues es normal que tras un día intenso en el que ha habido alguna excursión, actividad física o están acostumbrados a acostarse pronto, el mantener una velada les puede resultar pesada.

Esta semana de agosto hemos disfrutado de una cada noche y de momento ningún peque nos ha pedido irse antes a dormir. Podemos deducir que o se lo pasan pipa y no se la quieren perder o tienen tal aguante que no hay velada que pueda con ellos.


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