Cuando los niños son extrovertidos es lógico que pensemos que en el campamento estarán desenvueltos y que no van a tener problemas a la hora de relacionarse e incluso hablar en inglés. Pero, ¿qué sucede con esos niños a los que les cuesta más abrirse y su timidez no les permite sociabilizar como se debiera en una actividad como es un campamento?

No conocemos su carácter al llegar al camp, pero no resulta difícil discernir aquellos que no necesitan de una atención por falta de sociabilidad de los que sí la necesitan. Para ello profesores y monitores, al llevar tiempo trabajando con niños, saben cómo actuar.

Lo primero que se requiere es que el camper coja confianza con su entorno y con las personas con las que van a tratar, le mostramos el campamento de una forma jovial pero sin que él pueda percibir que le estamos tratando de una forma diferente a los demás. Acompañados de otro grupo de niños interactuamos con aquellos que más les cuesta abrirse y ganamos su confianza. Otra forma de que el niño o la niña afiance su seguridad es presentarle a otros compañeros que como él o ella están allí por primera vez. En ocasiones son otros campers, que llevan años viniendo a nuestras instalaciones, los que deciden relacionarse con los que tienen más dificultad en hacer amigos quizás porque en otro momento ellos se vieron en esa situación.

A veces suele resultar pesado para un niño que le digamos:

¡Venga!, ¿no quieres jugar?, o ¡venga, levántate y participa!. Hay todo tipo de caracteres y no todos los niños son de los que interviene el primero y levanta la mano. Cada niño necesita su tiempo y cada uno tiene su forma de ser. Los hay a los que les gusta observar y desde su supuesta situación pasiva a vista de otros, disfruta de lo que otros hacen sin necesidad de participar. Eso no es timidez, es una forma de ser.

Los dos o tres primeros días suelen ser difíciles para ellos, pero a medida que conocen la rutina del camp y a sus nuevos compañeros, la timidez se va disipando hasta finalmente desaparecer. Es un proceso que tienen que pasar, son niños y tienen que aprender a enfrentarse a situaciones ellos solos. Muchas veces los padres sufren por ello, pero es algo que está fuera de su control. Sus hijos se irán encontrando en la vida con situaciones que como individuos tendrán que afrontar solos. En el camp les atendemos para que ese paso que tienen que dar lo vean no como un reto sino como un proceso y quizás cuando vuelvan a casa sigan siendo niños tímidos, pero podremos asegurarles que menos.


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